Поиск по творчеству и критике
Cлова начинающиеся на букву "H"
Показаны лучшие 100 слов (из 603).
Чтобы посмотреть все варианты, нажмите
Несколько случайно найденных страниц
Входимость: 1. Размер: 20кб.
Часть текста: Apparently he was forbidden by his parents to associate with Krassotkin, who was well known to be a desperately naughty boy, so Smurov was obviously slipping out on the sly. He was -- if the reader has not forgotten one of the group of boys who two months before had thrown stones at Ilusha. He was the one who told Alyosha about Ilusha. "I've been waiting for you for the last hour, Krassotkin," said Smurov stolidly, and the boys strode towards the market-place. "I am late," answered Krassotkin. "I was detained by circumstances. You won't be thrashed for coming with me?" "Come, I say, I'm never thrashed! And you've got Perezvon with you?" "Yes." "You're taking him, too?" "Yes." "Ah! if it were only Zhutchka!" "That's impossible. Zhutchka's non-existent. Zhutchka is lost in the mists of obscurity." "Ah! couldn't we do this?" Smurov suddenly stood still. "You see Ilusha says that Zhutchka was a shaggy, greyish, smoky-looking dog like Perezvon. Couldn't you tell him this is Zhutchka, and he might believe you?" "Boy, shun a lie, that's one thing; even with a good object- that's another....
Входимость: 1. Размер: 31кб.
Часть текста: solamente que no fueron del todo ordinarios. Para mí, sin embargo, lo más prodigioso fue mi propia actitud ante estas peripecias. Hasta ahora no he logrado comprenderme a mí mismo! Todo ello pasó flotando como un sueño, incluso mi pasión, que fue pujante y sincera, pero... qué ha sido ahora de ella? Es verdad que de vez en cuando cruza por mi mente la pregunta: "No estaba loco entonces? No pasé todo ese tiempo en algún manicomio, donde quizá todavía estoy, hasta tal punto que todo eso me pareció que pasaba y aun ahora sólo me parece que pasó?". He recogido mis cuartillas y he vuelto a leerlas (quién sabe si las escribí sólo para convencerme de que no estaba en una casa de orates?). Ahora me hallo enteramente solo. Llega el otoño, amarillean las hojas. Estoy en este triste poblacho (oh, qué tristes son los poblachos alemanes!), y en lugar de pensar en lo que debo hacer en adelante, vivo influido por mis recientes sensaciones, por mis recuerdos aún frescos, por esa tolvanera aún no lejana que me arrebató en su giro y de la cual acabé por salir despedido. -A veces se me antoja que todavía sigo dando vueltas en el torbellino, y que en cualquier momento la tormenta volverá a cruzar rauda, arrastrándome consigo, que perderé una vez más toda noción de orden, de medida, y que seguiré dando...
Входимость: 1. Размер: 17кб.
Часть текста: XII. Un error judicial. Capitulo XIV. El jurado se mantiene firme CAPITULO XIV EL JURADO SE MANTIENE FIRME Así terminó Fetiukovitch su discurso. El entusiasmo de sus oyentes no tuvo límites. No había que pensar en reprimirlo. Las mujeres lloraban; también derramaban lágrimas algunos hombres, entre ellos los dignatarios. El presidente se resignó y esperó unos momentos para hacer sonar la campanilla. Ante esta actitud, una de las damas comentó: -Interrumpir esta explosión de entusiasmo habría sido una profanación. Incluso el orador estaba sinceramente emocionado. Entonces se levantó Hipólito Kirillovitch para replicar. Se concentraron en él miradas de odio. -Cómo se atreve a contestar? -murmuraron las damas. Pero ni estos rumores ni los de todas las damas del mundo, sin excluir a su esposa, habrían podido contener al fiscal. Estaba pálido y temblaba de...
Входимость: 1. Размер: 56кб.
Часть текста: Capitulo V CAPÍTULO V Raskolnikof entró en el despacho con el gesto del hombre que hace descomunales esfuerzos para no reventar de risa. Le seguía Rasumikhine, rojo como la grana, cohibido, torpe y transfigurado por el furor del semblante. Su cara y su figura tenían en aquellos momentos un aspecto cómico que justificaba la hilaridad de su amigo. Raskolnikof, sin esperar a ser presentado, se inclinó ante el dueño de la casa, que estaba de pie en medio del despacho, mirándolos con expresión interrogadora, y cambió con él un apretón de manos. Pareciendo todavía que hacía un violento esfuerzo para no echarse a reír, dijo quién era y cómo se llamaba. Pero apenas se había mantenido serio mientras murmuraba algunas palabras, sus ojos miraron casualmente a Rasumikhine. Entonces ya no pudo contenerse y lanzó una carcajada que, por efecto de la anterior represión, resultó más estrepitosa que las precedentes. El extraordinario furor que esta risa loca despertó en Rasumikhine prestó, sin que éste lo advirtiera, un buen servicio a Raskolnikof. -Demonio de hombre! -gruñó Rasumikhine, con un ademán tan violento que dio un involuntario manotazo a un velador sobre el que había un vaso de té vacío. Por efecto del golpe, todo rodó por el suelo ruidosamente. -No hay que romper los muebles, señores míos -exclamó Porfirio Petrovitch alegremente-. Esto es un perjuicio para el Estado. Raskolnikof seguía riendo, y de tal modo, que se olvidó de que su mano estaba en la de Porfirio Petrovitch. Sin embargo, consciente de que todo tiene su medida, aprovechó un momento propicio...
Входимость: 1. Размер: 49кб.
Часть текста: -Ni siquiera te molestas en fingir delante de mí; si, por to menos, disimulases que quieres hacerme beber... -Estás diciendo tonterías y estás borracho. Es preciso seguir bebiendo, y te sentirás más alegre. Vamos, coge tu cops, cógela. -Cómo es eso de "cógela"? Voy a irme, eso es todo. Y en efecto, iba a levantarme. Le entró una gran cólera. -Es Trichatov quien te ha contado historias contra mí: os he visto, murmurabais juntos. Pues bien, no eres más que un imbécil. A Alphonsine se le revuelve el estómago cuando él se le acerca... -Es repugnante. Ya te contaré lo que vale. -Ya me lo has dicho. A cada momento tienes en la boca a Alphonsine. Eres terriblemente estrecho. -Estrecho? - No comprendía -. Ahora se han puesto de acuerdo con el picado de viruelas. Por eso los he despedido. Son indecentes. Ese picado de viruelas es un canalla, va a pervertirlos. Yo, por el contrario, exigía que se comportasen siempre noblemente. Me senté, cogí maquinalmente la copa y bebí un trago. -Pero tú, tú tienes miedo de ellos, no es así? - continué enrabiándolo (y ciertamente yo era entonces todavía más repulsivo que él) -. Andreiev te ha tirado el sombrero y tú le has dado veinticinco rublos de recompensa. -Sí, pero me los pagará. Se rebelan, pero ya los domaré... -El picado de viruelas te atormenta. Mira, me parece que ahora no te queda nadie más que yo. Todas tus esperanzas descansan ahora únicamente en mí. No? -Sí, mi pequeño Arcadio, eso es una gran verdad: tú sigues siendo mi único amigo. Lo has dicho muy bien! Y me dio una palmada en el hombro. Qué hacer con un hombre tan grosero? Era totalmente inculto, y tomaba una ...